Gimnasio Kata
miércoles, 27 de marzo de 2013
viernes, 22 de marzo de 2013
Tratamiento de la Tendinitis de Aquiles
El
denominado tendón de Aquiles, es el tendón común que une, a través de
aponeurosis, los músculos gastrocnemios o gemelos medial y lateral y el músculo
sóleo (tríceps sural). La inserción del tendón en su parte distal se lleva a
cabo mediante haces de fibras que se insertan la parte inferior de la cara
posterior del calcáneo de forma lateral y medial.
Es el
responsable de proporcionar elasticidad y de ejecutar la biomecánica de la
flexión plantar necesaria para poder caminar y correr.
Síntomas:
Dolor,
incapacidad funcional y pérdida de fuerza. Dependiendo del estadio y gravedad
de la lesión los síntomas se manifiestan:
Durante y/o
después de la práctica deportiva.
Caminar y
correr; un porcentaje alto de pacientes refieren dolor después de correr.
Al estar
mucho tiempo de pie sin moverse e incorporarse.
Al intentar
ponerse de "puntillas".
Dolor y
rigidez matutina al levantarse, que remite después de dar los primeros pasos.
Al bajar
escaleras.
El
tratamiento de elección es conservador, relegando el quirúrgico al fracaso del
mismo. Ante la aparición de los primeros signos de tendinitis, se debe parar
cualquier tipo de actividad deportiva y aplicar un tratamiento antiinflamatorio,
con medicación y aplicación de frío local.
Comenzará
entonces un proceso de investigación de las causas predisponentes:
Anatómicas.
Desviación axial del talón, detección de un pie pronador, un pie cavo o plano,
un talón varo o valgo, la presencia de un Haglund por desarrollo excesivo de la
tuberosidad del calcáneo, etc.
Deportivas.
Estudio del calzado, de la consistencia de la suela y del contrafuerte.
Consideración de la superficie de entrenamiento y competición, sobre todo de su
dureza y adherencia. Reflexión sobre los sistemas de entrenamiento, gestos
técnicos, estiramientos incontrolados, ejercicios excesivos con pesas, etc.
Causas de
origen sistémico, como reumatismos, procesos infecciosos, metabólicos y
alteraciones musculares o neuromusculares.
El
tratamiento abordará entonces la corrección de esas causas
·
Modificando los sistemas de entrenamiento, los malos gestos técnicos, el
calzado y las superficies para la práctica deportiva.
· Mejorando
y amortiguando el apoyo plantar y compensando los defectos anatómicos con
plantillas a medida.
Se completa
el tratamiento conservador con el resto del arsenal terapéutico a nuestro
alcance, utilizando los recursos de la electromedicina, ultrasonidos,
crioterapia, electroestimulación, electroacupuntura, etc. aunque el método más
efectivo parece la realización de entrenamiento excéntrico y/o la utilización
del AirHeel. Desde hace algunos años se recurre con éxito irregular a la
aplicación local de ondas de choque.
El
tratamiento quirúrgico
Siempre está
presente en la mente del traumatólogo cuando se presenta un cuadro de
tendinitis aquílea que haya evolucionado durante algún tiempo. Se intentan
todas las soluciones conservadoras pero sabemos que las prisas del mundo en que
vivimos, mayores si se trata del deporte de competición, no van a permitir
agotar los dilatadísimos períodos de reposo deportivo necesarios para que el
tratamiento sea eficaz.
La cirugía
sigue un patrón estándar con pequeñas variantes. Se puede abordar el tendón
mediante dos incisiones:
transversal,
perpendicular al eje corporal, por encima del calcáneo, en la porción final del
tendón.
longitudinal,
paraaquílea externa. Es la más frecuente. Hay que ser cuidadoso en la disección
por planos para evitar dañar el nervio peroneo superficial. Permite un
excelente abordaje del tendón desde su inserción distal hasta el punto que
necesitemos, prolongando la incisión hacia arriba. Desde el lado del abordaje
se puede acceder con facilidad al contrario, disponiendo de una visión completa
del tendón, incluso en su cara interna. Se realizan varios gestos quirúrgicos:
· Resección
de la bursa y retirada de todo el tejido fibrótico adyacente.
· Resección
de la tuberosidad posterior del calcáneo. Se identifica la porción de hueso que
hayamos planeado retirar, desde el ángulo externo al interno, se marca con un
escoplo y se corta usando el propio escoplo o una sierra oscilante. Los picos y
rebabas se puede allanar con una fresa pequeña como las usadas en cirugía
percutánea.
·
Tratamiento del tendón. Si está libre de lesión, podemos dejarlo como está. Si
se observan cambios degenerativos o pequeñas roturas, se pueden limpiar los
restos fibróticos, suturar las roturas e incluso realizar escarificaciones
longitudinales en el tendón para favorecer su revascularización.
· Muchos
autores recomiendan actualmente el reforzamiento de la inserción tendinosa para
evitar el riesgo de una rotura postquirúrgica. Se utilizan anclajes metálicos
hundidos en la superficie de corte tras la retirada de la exostosis. En cada
anclaje podemos disponer de dos hilos de sutura para trenzar al tendón y
asegurar su inserción. El paso del hilo reproduce además el efecto de escarificación
sin necesidad de practicar cortes longitudinales.
La
intervención finaliza con el cierre por planos, sutura de la piel e
inmovilización en ligero equino para mantener relajado el tendón y evitar
tracciones durante al menos las dos primeras semanas.
Pauta
postoperatoria
En nuestro
medio, los pacientes permanecen ingresados 24 horas. Siguen después un
tratamiento ambulatorio según el siguiente esquema:
Cura semanal
de la herida y retirada de los puntos a las dos semanas
Apoyo
progresivo usando una ortesis de inmovilización de tobillo hasta completar la
tercera semana
Comienza
entonces el proceso de rehabilitación con drenaje linfático, movilización pasiva
y activa hasta recuperar la movilidad, marcha y ejercicios en piscina y
entrenamiento de la propiocepción usando plataformas de equilibrio. En los
últimos tiempos, como es natural, utilizamos el Pielaster de forma sistemática.
El retorno a la actividad deportiva va a
depender de la progresión en todo el proceso. Sobre la sexta semana autorizamos
el comienzo de la carrera continua con precaución y ascenso gradual en la
intensidad y duración de los ejercicios.
sábado, 16 de marzo de 2013
Judo. Entrenamiento del viernes
La
importancia de un buen Uke
Habitualmente
en los entrenamientos, estamos muy pendientes de aprender y mejorar nuestra
técnica, pero suele quedar supeditado a nuestros momentos como Tori, mientras
que, de manera habitual, conectamos el piloto automático en el momento en que
tenemos que estar de Uke (aunque algunas veces dejamos el piloto automático
fijo para el resto del entrenamiento).
No somos
realmente conscientes de que nuestra mejora depende directamente de lo que se
implique el Uke con el que estamos entrenando; es decir, el riesgo de caer en
la autocomplaciencia es mayor cuanto menos se implique nuestro Uke.
Este
pensamiento me lleva a otro directamente: ¿deberiamos entrenar siempre con el
mismo Uke?
Pues hombre,
para mi gusto, sí y no.
Es decir,
entrenar con un compañero con quien estamos a gusto nos permite avanzar más
rápido y tener un tiempo de adaptación a la técnica menor; entrenar con una
persona aleatoria pero con la que no encajamos (por la razón que sea) nos puede
hacer pasar la mitad del entrenamiento discutiendo por la forma de hacer las
cosas. Por otro lado, si el compañero se adapta a nuestros defectos, es
probable que no los percibamos, y sigamos manteniendo los errores años y años.
El buen Uke
es aquel que nos fuerza dejándonos aprender. Aquel que nos hace estar alerta,
poniendo la resistencia necesaria para que aprendamos bien la técnica sin
frustrarnos pero sin autocomplacernos. En mi caso me ha sucedido que tras haber
hecho multitud de veces una técnica de luxación sin “problemas”, me he
enfrentado a una persona más corpulenta que yo y me he dado cuenta de que
realmente estaba aplicando mal la técnica. El Uke mecánico se había dejado
hacer la técnica por lo que había aprendido “mecánicamente” a hacer mal la
técnica.
Resumiendo y
desde mi posición de absoluto ignorante en la materia (lo cual es una paradoja
porque no debería tener ni siquiera una opinión), podríamos llegar a tomar al
Uke como nuestro instructor personal, aquel que se fija en nuestros defectos y
potencia nuestra virtudes; aquel que nos intenta dar a conocer nuestros puntos
descubiertos y quien intenta pillarnos desprevenidos.
Cuando
estemos delante de esta persona, nuestro saludo debería ser muy sentido, pues
de él depende que aprendamos o no.
Un saludo.
jueves, 7 de marzo de 2013
Sevillanas en Gimnasio Kata
Te
proponemos un forma muy divertida de bajar peso y cuidar tu cuerpo: ¡BAILA¡ Da
igual el tipo de baile, pero lo ideal es practicarlo con frecuencia.
Si vas
variando el tipo de baile conseguirás un mayor beneficio ya que así utilizarás
todo tus músculos.
La danza del
vientre, sevillanas, salsa o zumba son buenas opciones para tonificar tus
músculos, quemar calorías y reducir estrés.
En Gimnasio
Kata Centro puedes practicar cualquiera de estos bailes, pero esta semana
llamamos la atención especialmente sobre la sesiones de sevillanas. La Feria de
Abril está muy cerquita. Así qué, además de trabajar tu figura y cuidar tu
salud, te prepararás para triunfar en los festejos.
Martes y
Jueves a las 18.00 horas y las 22.00 horas.
Bailar
sevillanas es un gran ejercicio cardiovascular, mejora la flexibilidad, la
coordinación, la movilidad y elasticidad de tendones y músculos y es muy
beneficioso también para reducir los problemas óseos y de artritis. Una
excelente tonificación mientras aprendes el baile que llena de alegría nuestras
ferias y nuestras romerías.
domingo, 3 de marzo de 2013
sábado, 2 de marzo de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)